“Siete inmigrantes marroquíes mueren
al intentar cruzarlo en una patera.
Sus cadáveres hallados en el puerto de Ceuta y
en una playa”.
(La Crónica, 1 VII de 1998)
Turbio el color del hambre
que habla en la latitud del pan.
La infelicidad que yace, trágica,
a orillas del mar. La mar.
Esbelta, inmensa. Atravesada
por voces ofrecidas a la indiferencia
que transita en la tierra de todos.
Ah de las madres inclinadas
sobre el olor de la muerte
con adverbios de cansancio enlutados.
Quién sabe si habrán perdido
para siempre la fuerza de soñar.
Quién, en nombre de qué ancho horizonte
volverán a retomar el canto.
Hijos de Nador, Casablanca,
Tánger y Fes,
no hay razón para la quietud esta tarde.
No.
Sabed.
Carmen Busmayor. Cuaderno de África. Torremozas, 2002.
Imagen: Ildefonso Sena. Muerte en el Estrecho, 1988.
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