lunes, 11 de marzo de 2024

LAS RUINAS


 

me he acostumbrado a preguntar dónde

sin asumir el extravío

a creer que la pérdida se solventa se respira se vuelve alimento

cuando hace demasiado del día en el que deambulamos una vida

y vinimos a una ciudad que no sabemos ni llamar por su nombre

 

y a pesar de todo a pesar de las líneas discontinuas y los taxistas

            que se inventaron un dialecto en el que parlotean con las

            truchas asalmonadas a pesar del centeno y a pesar también de

            los alcaldables que se exiliaron en el mississippi

hay todavía un lugar donde nacen gaviotas

donde escribimos

la sintaxis del frío

y dejamos de una vez por todas

aquello que estábamos haciendo

 

hay un manual para conducir nubes de algodón de azúcar

y sobre cómo empadronarse en las cerillas que nunca prendieron

un país donde destejer la enredadera

y reconstruir los nidos en las manos del mendigo

 

una procedencia donde aprender adverbios de duración

porque seamos sinceros

llevas toda la vida descamando ruinas

eludiendo palabras que aprendiste

en el charco de tus ancestros

y no gritas

no gritas porque los tipos de interés mañana dan un número impar

no gritas porque antes de ayer eran de otro color los ojos de la lluvia

no gritas porque este ni siquiera es el idioma en el que deberías gritar

 

nos han abandonado

 

aquí detrás del todo

los que remendábamos un rabel

en un contenedor de residuos inorgánicos

los que escribimos al orfelinato

y a una fábrica de aspiradoras inteligentes

los que inauguramos la escuela de los hipocampos

y canturreamos a las palomas embarazadas

 

todo ha acabado

la vida aquí ya no es lo que era

y la palabra casa es un neologismo

porque aún sabemos decir autopista

en todas las lenguas de la huida.

 

 

Ander Villacián. En Última poesía crítica. Jóvenes poetas en tiempos de colapso. VV. AA. Selección y edición: Alberto García-Teresa y David Trashumante. Lastura, 2023.

Imagen: Gregory Crewdson

2 comentarios:

  1. Sí. Desde cualquier lengua, desde todas ellas, se puede huir. Volver al ancestro, a la sintaxis del frío. A pesar de lo discontinuo de líneas y de taxistas.
    Y aun así, hay el germinar en manos de mendigo.
    ¡Bello poema!
    ¡Salud y feliz inicio de semana!

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    1. Las manos de mendigo, llenas de negra tierra ubérrima. Salud y feliz semana!

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