me he acostumbrado a preguntar dónde
sin asumir el extravío
a creer que la pérdida se solventa se respira se vuelve alimento
cuando hace demasiado del día en el que deambulamos una vida
y vinimos a una ciudad que no sabemos ni llamar por su nombre
y a pesar de todo a pesar de las líneas discontinuas y los taxistas
que se inventaron un dialecto en el que parlotean con las
truchas asalmonadas a pesar del centeno y a pesar también de
los alcaldables que se exiliaron en el mississippi
hay todavía un lugar donde nacen gaviotas
donde escribimos
la sintaxis del frío
y dejamos de una vez por todas
aquello que estábamos haciendo
hay un manual para conducir nubes de algodón de azúcar
y sobre cómo empadronarse en las cerillas que nunca prendieron
un país donde destejer la enredadera
y reconstruir los nidos en las manos del mendigo
una procedencia donde aprender adverbios de duración
porque seamos sinceros
llevas toda la vida descamando ruinas
eludiendo palabras que aprendiste
en el charco de tus ancestros
y no gritas
no gritas porque los tipos de interés mañana dan un número impar
no gritas porque antes de ayer eran de otro color los ojos de la lluvia
no gritas porque este ni siquiera es el idioma en el que deberías gritar
nos han abandonado
aquí detrás del todo
los que remendábamos un rabel
en un contenedor de residuos inorgánicos
los que escribimos al orfelinato
y a una fábrica de aspiradoras inteligentes
los que inauguramos la escuela de los hipocampos
y canturreamos a las palomas embarazadas
todo ha acabado
la vida aquí ya no es lo que era
y la palabra casa es un neologismo
porque aún sabemos decir autopista
en todas las lenguas de la huida.
Ander Villacián. En Última poesía crítica. Jóvenes poetas en tiempos de colapso. VV. AA. Selección y edición: Alberto García-Teresa y David Trashumante. Lastura, 2023.
Imagen: Gregory Crewdson
Sí. Desde cualquier lengua, desde todas ellas, se puede huir. Volver al ancestro, a la sintaxis del frío. A pesar de lo discontinuo de líneas y de taxistas.
ResponderEliminarY aun así, hay el germinar en manos de mendigo.
¡Bello poema!
¡Salud y feliz inicio de semana!
Las manos de mendigo, llenas de negra tierra ubérrima. Salud y feliz semana!
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