lunes, 20 de septiembre de 2021

EPITAFIO PARA MUSARAÑAS


 

Fue propenso a no ver sino halos, delicuescencias, ectoplasmas: una limitación más bien incómoda que le impidió pensar en nada que no fuera del todo inexistente. Usó del soliloquio a manera de arenga y dedicó sus últimos fervores a quemar a insurrectos en efigie. No fue recompensado, sin embargo, por más que confundiera con pericia fanática el poder y la gloria. Sus correligionarios casi nunca lo olvidan.

 

José Manuel Caballero Bonald. Laberinto de fortuna, 1984. En Somos el tiempo que nos queda. Obra poética completa 1952-2009. Austral, 2011.

Imagen: Eduardo Arroyo. Los cuatro dictadores, 1963.

3 comentarios:

  1. El perfecto "sujeto": violentamente enajenado, al sistema y a su estulticia.
    Salud y valentia.

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    1. La enajenación encarnada y hecha sistema y apladudida y perpetuada. Salud, LaNanaFea!

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