Entre las irisaciones
de las colas desplegadas de los pavos reales,
¿quién hoy para salvarse
podría recitar un solo verso de Eurípides?
Como crisálidas,
abrigados e inmóviles,
nos íbamos volviendo transparentes,
mientras los autobuses regresaban
vacíos a la madrugada y las cámaras
de vigilancia giraban
lentamente
en las bocacalles registrando la calma
y la soledad.
Tan transparentes como las pantallas
de cristal líquido, mientras
los gorriones iban cayendo muertos bajo los árboles y fosforecían
arrullados por el zumbido de los cables eléctricos, que enhebraban
las avenidas y roían las sombras.
Nos volvíamos transparentes, y nos gozábamos,
y decíamos que el mundo era dúctil
como prótesis de silicona.
Porque
me vigilas te amo.
Escaparates, escaleras mecánicas,
cajas registradoras y tarjetas de plástico
que viajaban por el espacio y el tiempo, tantas islas
desiertas, tantas latomías
de litio y ortopedia.
Nos íbamos transparentando: nuestros gestos,
nuestros cuerpos, nuestras palabras,
nuestros pensamientos más inocentes
salían
a la luz en sótanos oscuros. Y bailábamos
como medusas en pequeñas peceras.
Y celebrábamos los cumpleaños
de nuestras hijas,
y regalábamos muñecas de ojos grandes
acoplados a servidores,
mientras los dulces altavoces nos acariciaban los sueños
y nos iban arrancando sin dolor
la memoria.
Tantos gorriones muertos y ni un solo verso de Eurípides.
Tantos autobuses vacíos regresando a la madrugada.
Ángel
de mi guarda, dulce compañía,
¿cómo retumba un cuerpo y otro cuerpo que cae contra el
asfalto?
Nos fuimos haciendo transparentes,
medusas danzantes en pequeñas peceras,
espectros cristalinos en circuitos cerrados,
irreales imágenes a este lado de la alambrada.
Porque
me sometes te amo.
Entre las irisaciones de las colas
de los pavos reales,
y ya ni un solo verso de Eurípides,
ni una sola nota de flauta que nos salve la vida.
Conrado Santamaría Bastida. Totalitaria. Ediciones del 4 de agosto, 2021.
Imagen: Turritopsis nutricula
“Tantos gorriones muertos y ni un solo verso de Eurípides.”
ResponderEliminarQué hermoso. Y doloroso.
Un poema espléndido.
Gracias, poeta.
Salud!
Gracias a ti, LaNanaFea. Belleza y dolor, no es suficiente. Salud!
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