miércoles, 20 de noviembre de 2024

[Un poema es una declaración moral, ...]


 

Un poema es una declaración moral, verbalmente inventiva y ficcional en la que es el autor, y no el impresor o el procesador de textos, quien decide dónde terminan los versos. Esta definición tan anodina, antipoética hasta el extremo, podría ser la mejor que podemos lograr.

 

Terry Eagleton. Cómo leer un poema. Traducción: Mario Jurado. Akal, 2010.

Imagen: Daido Moriyama

martes, 19 de noviembre de 2024

LEY MORDAZA


 

Me exigen identificarme

mientras tú puedes golpearme

con tu porra,

con tu prepotencia,

con tu saña.

 

Me dicen que no puedo escribirlo

ni versificarlo,

ni cantarlo en canciones,

mientras tú puedes cogerme del pelo,

llamarme zorra,

romper mi cámara

y pisotear mi móvil,

para que tu barbarie

no conste en ningún lado.

 

Me dicen que no podré congregarme

delante del congreso,

ni manifestar mi derecho

a la libertad de expresión,

ni ocupar edificios vacíos,

ni impedir que a la gente la echen de sus hogares,

sólo me permiten morir en la calle.

 

Me dicen que no podré escribir contra España,

sólo podré hacerlo contra países latinoamericanos.

Y yo me pregunto asqueada

¿hasta cuándo seguiremos

atragantándonos con la famosa mentira

de vivir en una democracia?

 

 

Silvia Cuevas-Morales. En Contra. Poesía ante la represión. Coordinadora Anti Represión de Murcia, 2016.

Imagen: Benito Ordóñez. Rodea el Congreso, 2012.

lunes, 18 de noviembre de 2024

DESAPARECIDOS


 

Regresan cada día

como en una marea de escombros maniatados,

a esta tierra de nadie

sumergida en las grutas del espanto,

en garajes sin alma

                        donde depositaron

los hondos parietales,

los cráneos encendidos,

la clavícula trémula de una niña sin nombre.

Tras los muros de esta ciudad insomne

se ocultan unos cuerpos              unos nombres

que no sobrevivieron

a alguna despedida.

Bajo la piedra

                        se esconde un cauce oculto

un manantial de cal itinerante,

un corazón talado

                        que sangra todavía.

Al cruzar aquel último despeñadero del olvido

creíste regresar, por un instante,

            al patio de la infancia,

al corredor sin odio

al solar donde habita la alegría.

Aquella venda muerta

desfiguró tu rostro.

Vísceras desprendidas.

Tu corazón entonces

se llenó de alimañas.

Y, sin embargo,

oías

con toda claridad

                                   el murmurar del sol

prendiendo en la hojarasca de tus días.

Mientras,

aquel dolor también amanecía

como un perro sin nombre.

Hoy sangre apaleada

mañana serán hombres

            precipitados a vacío.

Hoy noche apedreada       demolida,

mañana serán sombras

que derraman su luz por los caminos.

El borde de la pala arañando la piedra

su áspero quejido,

como si machacaran

un racimo de cerezas con la bota.

Aquella venda muerta

y un pequeño latido

en el fondo del agua.

 

 

Rosana Acquaroni. Discordia de los dóciles, 2011. En Contra. Poesía ante la represión. Coordinadora Anti Represión de Murcia, 2016.

Imagen: Débora Arango. El cementerio de la chusma, 1951.

domingo, 17 de noviembre de 2024

[No podíamos entender]


 

No podíamos entender

porque nunca nos explicaban nada.

 

Para el porqué había solo

dos respuestas y un punto.

 

Todo era oscuro forzado secreto.

Tiraban de nosotros

 

como de perros

aquí allá sin explicar nunca nada.

 

Nos dejaban atados

de los árboles de las farolas

 

mientras atendían otros asuntos

tras las puertas cerradas.

 

Querían hijos de los que sirven cuando crecen.

Soportaban bufando las molestias.

 

Incómodos desde que aprendimos a hablar

mucho más incómodos que perros.

 

No podíamos entender

menos aún saber que nos amaban.

 

 

Miriam Reyes. En (Tras)lúcidas. Poesía escrita por mujeres (1980-2016). Edición de Marta López Vilar. Bartleby, 2016.

Imagen: Paula Rego. Sin título (de la serie Aborto), 1998–99.