Somos
los que profieren la blasfemia
en el silencio perfumado del templo
a la hora tozuda del crepúsculo.
Somos
los que no se descubren la cabeza
ni hincan la rodilla al pie de las escalinatas
temblorosas de la mañana.
Somos
los que no piden compasión y sí piden cuentas,
la piedra del escándalo
en medio del camino ancho y recto que atraviesa la
llanura sin horizonte.
Somos
los que se vuelven y se plantan, y miran a los ojos
mientras con el pie trazan en el suelo la raya
definitiva.
Somos
los que dicen NO como una afirmación hacia
adelante.
Somos
aquí y ahora.
Conrado Santamaría. De vivos es nuestro juego.
Ruleta Rusa Ediciones, 2015.
Soy fan absoluta de este poema tuyo. No puedo evitar publicarlo de nuevo en twitter. Y creo que van cuatro veces ya. Espero que no te moleste tanto entusiasmo ... Prometo intentar no reincidir. ;-) Salud.
ResponderEliminarMuchas gracias, aurora boreal, por ese entusiasmo tan halagador para mí. Publica el poema, y todos los que quieras, todas las veces que te apetezca. Como te he dicho, para mí es todo un halago. Salud y un abrazo
ResponderEliminarGracias. Un abrazo.
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