sábado, 14 de julio de 2018

MEDITERRÁNEO


Será porque en mi niñez nunca pisé la playa,

róbate un coche y llévame a conocer el Mediterráneo.

Quiero ver las olas con dientes entregar claveles negros

en las costas enladrilladas del porvenir malagueño.

Déjame con salitre en el pelo hasta aparecer

en los radares Frontex de la modernidad.


[Y qué le voy a hacer si tú…

mueres en el Mediterráneo]


Lámeme con lengua de concertina

en el atardecer ibicenco a ritmo de MDMA.

Si Benidorm es cementerio de elefantes ingleses,

naveguemos a la deriva hasta flotar en Tarajal.

Escóndeme un fardo de costo en una cala griega

donde desnudos de horarios gimamos sin pedir rescate.


[Y qué le voy a hacer si tú…

mueres en el Mediterráneo]


Mírame, petrificada, a los pies de Lampedusa

o véndeme un pareo en una playa romana.

Pero no te mueras junto a mi tumbona

que mañana es 1 de septiembre y tengo bastante

con soportar la depresión post-vacacional

y no haber sido portada de la revista Hola.


[Y qué le voy a hacer si tú…

mueres en el Mediterráneo]





Adrián Ballester Cerezo. En Voces del Extremo. Antología 2012/2016. Coord. Antonio Orihuela. Amargord, 2017.

Imagen: Sima Diab

2 comentarios:

  1. Ojalá algún día podamos afirmar que la otra versión es, de Algeciras a Estambul, la auténtica. De momento, la genista está de vergonzoso luto.

    Salud!

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    1. Y el Mediterráneo empedrándose de cadáveres de forma que, si no cambia la cosa, lo podremos pronto cruzar a pie y sin conciencia. Salud!

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