¿Y para qué metáfora
si
la esclavitud no es metáfora
ni
es metáfora la muerte?
Ernesto Cardenal
En uno de mis
mundos
los dioses
habitan en lo alto.
Sus nombres
no pronunciados
nunca en vano
hacen temblar
como las
armas de sus guaruras.
En uno de mis
mundos
el pez grande
se traga al chico
por temor a
que crezca.
En uno de mis
mundos
los dioses
son buenos
con los
arrodillados
que en
infinito escalafón
esperan
migajas de la mesa
esperan.
En este mundo
la justicia
es cortesana
de sillas
compradas con sangre
la ética un
estorbo
la
transparencia una amenaza.
Yo, un
espectador cobarde.
Lupita Pérez.
Del demonio y otros amores: conjugaciones.
Ed. Homo Scriptum, 2011
Imagen: Juan Rulfo.
Erupción del Paricutín e iglesia de Parangaricutiro.
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