Ser bueno era un problema.
Muy grave si lo eras en
muchas cosas.
Todos esperaban que cayeses,
que fallases
estrepitosamente.
Un fracaso que evidenciara
esa imperfección que tú ya
conocías.
Tu punto débil.
Rabiaban por conocerlo.
Te enfermaba su hipocresía
pero te aterraba estar solo.
Y te dejaste devorar por
ellos.
Caíste.
Dejaste que te superaran
las veces que fueran
necesarias
para lograr que te tuvieran
más pena que envidia.
No volviste a levantar
cabeza.
Pero tampoco volviste a
estar solo:
los hombros de todos
los triunfadores a los que
aupaste
aguardan a que llores en
ellos tu fracaso.
Carmen Beltrán Falces. 23 Pandoras. Baile del Sol, 2009
Imagen: Goya. Juego de gigantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario