Y los discípulos le preguntaron al maestro:
Maestro, ¿son legítimos, son buenos estos versos?
Y el maestro les dijo: Comprobadlo vosotros. Hacedlos saltar como monedas
[sobre la sombra dura de los túneles ciegos,
en la piedra mojada por la angustia, que hay al final de ciertos sueños
o en la calavera del último jinete que pereció de sed en el desierto.
Si suenan bien, si suenan como el Allegretto de la Séptima , por ejemplo,
o como el Padre Nuestro,
ya tenéis un poco de dinero
para envenenar a la serpiente, para pagar a los barqueros,
para sobornar al centurión que está de guardia bajo la gran ojiva del silencio
y para abrir las puertas del infierno.
León Felipe. Ganarás la luz. Obra poética escogida. Espasa-Calpe, 1977
Imagen: William Blake. El matrimonio del cielo y el infierno.
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