Esta es una tierra alegre,
el que no se calienta al sol
se alcoholiza y punto.
Me doblo en un ángulo de noventa grados
para recoger sesenta cajas diarias
de fresas, una por una. Mis compañeros
son mujeres por expreso deseo
de los empresarios; dice mi jefe
“Son más dóciles
y no tienen problemas de convivencia”.
Esta declaración no ha sido subrayada
por ninguna organización feminista.
Somos buenas reses. Sacamos
adelante los países. Sufrimos
y callamos, nuestras madres
nos enseñaron a no alborotar,
tampoco ellas protestaron, se limitaron
a trabajar por la nación. Nosotras
nos lanzamos a mejorarlo,
a cumplir sus patrones con mérito.
Asistimos a la noche sin música,
sin alegría nos acostamos; lejos,
en los claros sub-alpinos, se oye
cantar a las flores amarillas de la arzolla,
y las orquídeas de los Cárpatos
exhalan un fuerte olor a vainilla.
Soy licenciada en Medicina
por la facultad de Cluj Napoca.
Cristina Morano. El
ritual de lo habitual. Amargord, 2010
Imagen: Francesca Woodman
Imagen: Francesca Woodman
No hay comentarios:
Publicar un comentario