Tengo de mis ancestros los vacceos
las ganas diluidas de un caballo sin nombre
-nada de compromisos- y horizontes abiertos
para tender galopes
Como
ellos
conozco los lugares donde se ve el ocaso
mejor. Como yo, ellos,
sucumbo ante la ley y la costumbre
venidas de metrópolis lejanas
y soy lo suficientemente débil
para no refugiarme en la intemperie
aunque sé –y ellos no-
escribir y leer. A buenas horas…
Aníbal Núñez. Taller
del hechicero, 1979. Obra poética.
Hiperión, 1995.
Imagen: Fíbula celta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario