A través del cristal, borroso por el vaho
que mi aliento y el frío configuran,
contemplo la ciudad húmeda y sucia.
Allí, se calla el viento,
los hombres se arrodillan cuando llega la noche
y los pájaros, mudos,
en el frío inclemente se mueren de tristeza.
Es la ciudad del miedo y la miseria,
de paredes desnudas incluso de grafitis,
de magia aniquilada
y viejos charlatanes
que pronuncian discursos desgreñados.
Es la ciudad perdida de los mapas ociosos.
La ciudad que ha entregado sus rincones,
antes llenos de luz y amanecida,
a los perros locuaces que atontan a los gatos.
Tampoco se oye un ruido.
Mismamente parece que el Ángel Vengador
vagara entre mil coches parados sin remedio.
El hambre y la injusticia
han colmado sus plazas
de corbatas sin dueño y carteras vacías.
Carlos Guerrero. Los
espacios vacíos, 2013. En Contra.
Poesía ante la represión. Coordinadora Anti Represión de la Región de
Murcia, 2016.
Imagen: Pedro Luis Raota
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