A
Emiliano Díaz Castro
Aquí estamos los granos
de todos los países,
orzuelos de miseria
en esta sociedad que llaman de consumo.
Aquí, codo con codo,
más de cuerpo presente
que en festín de abundancia.
Y aquí desesperamos
servidos a una mesa
lejanamente alta,
una mesa con zancos
que no alcanzan las manos
que se mueren de hambre,
aunque a bombo y platillo nos pregonen.
Nacimos con los pies sobre la tierra,
pero hemos granado
dentro de un arcoíris.
Y somos astronautas
a los que hicieron trizas
las riendas del regreso,
consumiendo los neutros combustibles
que transportan los fraudes.
¿Y quién ha puesto
la primera piedra
para darnos de baja
en nuestro empeño
de paneles solares?
Elegid cualquier sitio.
Nunca podréis llevarnos a la boca.
La muerte nos espera.
Y vosotros morís a nuestro lado,
casi en las yemas de los dedos,
súbditos de la patria del olvido.
Basta ya de estadísticas
expresadas en números
de los que oyen llover bajo cubierto.
Basta ya de guarismos
de años luz de justicia que no llega.
Basta ya de que sean cementerios
las cunas de la tierra en que nacimos.
Basta ya de encenderles mariposas
a los que asesinamos a mansalva
mientras se sacian los gorgojos.
Pedro García Cabrera. Elegías muertas de hambre. Rialp,
1975.
Imagen: Lisette
Model. War Rally. New York, 1942
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