Hoy es otra la luz como si el tiempo
no se hubiese emboscado y escindido
hace ya cuántos años.
No
me he muerto.
Hoy regreso por fin sin lastre de mañana,
sin sentir en mi oído cómo alienta
la alimaña servil
de tu esperanza, tan depredadora.
Ahora me empuja el viento
del milagro sobradamente humano
y rechazo la mano que me ofreces,
la sonrisa de burla o la congoja
con que sabes ganarte voluntades,
tus augurios errados, las esquinas
cegadas donde me aguardabas.
Paseo alegre con mis propios pasos
por las calles abiertas y respiro
y me asomo sin miedo por los puentes
de las aguas oscuras que tanto requebrabas.
Hoy les hablo con una voz distinta
a los hombres que dan la mano firme
o que vuelven la espalda, qué me importa.
Tú me decías antes: Nada
será memoria.
Nunca
hubo nada.
Hoy es otra la luz, es otra mi esperanza.
Conrado Santamaría. La noche ardida. Ruleta Rusa
Ediciones, 2017.
Imagen: Vincent van Gogh. El sembrador, 1888.
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