domingo, 28 de julio de 2019

FUNERALES DE LOS HARRAGAS


Tu cabeza golpeaba contra las rocas, Ding Ding,

empujada por las olas en el embarcadero, Ding Ding,

seguía tu cuerpo blando, Ding Ding,

desnudo como un recién nacido, Ding Ding.


Querías llegar a la tierra, Ding Ding,

como antes los mamíferos, Ding Ding,

pero ellos llegaron vivos, Ding Ding,

y tú no, Ding Ding.


Qué haces aquí mi pobre amigo, Ding Ding,

qué haces aquí mi pobre hermano, Ding Ding,

¿te traicionó el barco, Ding Ding,

o los traficantes de carne?, Ding Ding.


¿Cómo murieron los niños, Ding Ding,

en los brazos de sus madres?, Ding Ding,

¿observándose unos a otros, Ding Ding,

bajo la mirada impasible de los apóstoles?, Ding Ding.


Vuestra esperanza estaba en el norte, Ding Ding,

vuestra esperanza estaba en los hombres, Ding Ding,

pero madre naturaleza da muerte, Ding Ding,

a los que tocan la manzana, Ding Ding,

Ding Ding, Ding Ding.


Así es, Ding, mi pobre y valiente amigo, Ding,

esclavo eras, Ding, esclavo sigues, Ding Ding,

los conquistadores, Ding, te lo hacen imposible, Ding,

cuerpo y mente, Ding, naufragaron, Ding.


Adiós a tu alma, Ding, Ding, Ding, Ding,

la enésima víctima, Ding Ding,

de una insensible modernidad, Ding Ding,

y del homo sapiens superfluo, Ding Ding,


Ding Ding Ding Ding.






Mohsen Lihidheb. En Voces del Extremo. Poesía & Harragas. Coord. Ángela Orihuela. Amargord, 2019.

Imagen: Edu Ponces/RUIDO Photo. Cementerio de los barcos, Túnez.

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