miércoles, 4 de junio de 2014

Alguien puede decirme qué está pasando



No hace mucho tiempo (esto puede parecer increíble, lo sé: sobre todo a la gente de mi edad; pero así fue), tuve que explicarles a mis alumnos que la palabra obrero no era una forma sutil de menosprecio por mi parte, ni una (nueva) retorcida manera de insultarles…

Alguien me puede decir qué está pasando: reconozco que llegué a pensar… [ese mismo día, habían muerto –según supe luego por los noticiarios, mientras conducía– otros tres jóvenes trabajadores en las galerías de los nuevos túneles (un muro o un pilar mal apuntalados, las prisas, la falta de medidas de seguridad y de cualificación de los muchachos –decían–; los contratos temporales: en fin, lo de siempre) Uno de ellos apenas sobrepasaba –por lo que adiviné– la edad de los chicos a los que había tenido que explicar el significado de la palabra que los definiría, sin que lo sospechasen siquiera, el resto de sus vidas]

Matías Escalera Cordero. Grito y realidad. Baile del Sol, 2008.

Imagen: Balthus. La calle, 1933.

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