Si la verdad no fuera más que un punto de vista,
si el amor no impusiera la libertad de otro,
si vivir no implicara morirse lentamente
yo jamás vestiría la piel que ahora me finge;
si este tiempo de arder no quemara los sueños,
si esta rutina oscura no cegara el camino,
si este pesado mundo ya no abriera las llagas
yo jamás huiría de mostraros mi rostro.
Pero todo es tan falso como nubes de plata,
como barcos de bruma, como el aire en las manos,
y el arancel que pago es la tasa del miedo
que me obliga a ocultarme detrás de una careta.
Yo sé bien que este mundo se sostiene de engaños,
que el embuste es palabra y lo demás no importa.
He aprendido a mentirme como miente un recuerdo.
Yo sé bien que no es cierto que el pasado regresa.
Y entre mares de mimbres, entre tronos de escarcha
el futuro aparece como un sol de diciembre.
Pero todo es mentira, sigue siendo mentira:
el gobierno es un cuento, el dinero ficticio,
esta crisis, el voto, todo pura falacia,
las fronteras, la patria, la libertad, calumnias.
El progreso es mentira, la esperanza es mentira,
nuestra unión, nuestra fuerza, es mentira, es mentira.
Cuánto engaño dispuesto para el cuerpo del hombre.
Y si todo es mentira, en verdad ¿qué nos queda?
Luis Javier Pinar
Imagen: James Ensor. Detalle de Entrada de Cristo a Bruselas en 1889, 1888.
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