En el tute de esta vida
yo ya canté “los cuarenta”
y hasta canté “los sesenta”
-que me canten los cantantes
por su cuenta.
En el juego de la vida
yo me aposté ser poeta
-que me canten los cantantes
por su cuenta.
En el juego del amor
yo perdí hasta la chaqueta
-que me canten los cantantes
por su cuenta.
Yo estoy con el pueblo llano
que su sudor pone en venta
-que le canten los cantantes
por su cuenta.
Los cantantes,
que cambien el ritmo
que cambien la letra,
que recordar no es volver a
vivir
que recordar es volver a
morir.
Que cambie el cantante
que cambie la orquesta.
Que canten el beso
que canten la risa
que cambien la letra.
Gloria Fuertes. Mujer de verso en pecho. Cátedra, 1995.
Imagen: Balthus. La partida de cartas, 1948-50.
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