Es esta una partitura de notas delirantes
la que hace sonar un réquiem trasnochado.
No son pianos. No son violines ni oboes.
Son las sirenas que recorren las calles
de tu silencio, de tu noche despierta,
de tu melancolía, alerta, en un sueño de mentiras
vencidas
y un toque de queda denostado.
No son tus besos ni tus labios
los que sustentan el alma de tu nombre.
Ni son tus encantos los que alimentan las miradas de
otros
pueblos.
Son tus balas quienes hablan,
quienes tienen la promesa herida
del futuro incierto, de tu olvido,
y en el fondo sé que no son mis palabras las que te
salvan.
María Carvajal. En Ni
una más. Poemas por Ciudad Juárez. Amargord, 2014.
Imagen: Ana Mendieta. Sin
título (Vidrio sobre cuerpo), 1972-1997.
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