1
Hemos oído: No quieres trabajar más con nosotros.
Que estás destruido. Que no puedes seguir de un lado para
otro.
Que estás demasiado cansado. Que no puedes seguir
aprendiendo.
Que estás acabado.
Ya no se te puede exigir que sigas en la tarea.
Para que sepas:
nosotros lo exigimos.
Si te cansas y te duermes,
nadie te despertará ni te dirá:
levántate, la mesa está servida.
¿Por qué iban a servirte la comida?
Si no puedes seguir de un lado para otro
te quedarás acostado. Nadie
te irá a buscar para decirte:
Hicieron la revolución. Las fábricas
te esperan.
¿Por qué harían la revolución?
Cuando mueras te enterrerán.
Seas o no el responsable de tu muerte.
Dices
que luchaste demasiado. Que ya no puedes seguir luchando.
Oye bien:
Si no puedes seguir luchando, te hundirás.
2
Dices: que fueron demasiadas esperanzas. Que ya no
esperas más.
¿Qué esperabas?
¿Que la lucha fuera fácil?
No ha sido el caso.
Nuestra situación es peor de lo que imaginabas.
Esta es la situación:
si no rendimos lo sobrehumano
estamos perdidos.
Si no estamos dispuestos a realizar lo que nadie se
atreve a pedir,
nos hundimos.
Nuestros enemigos no hacen sino esperar
que nos cansemos.
Cuanto más cruenta es la lucha
más se cansan los oponentes.
Aquellos que más pronto se cansen, son los que pierden la
batalla.
Bertolt Brecht. 80
poemas y canciones. Adriana Hidalgo Editora, 2011.Traducción: Jorge Hacker
Imagen: George Grosz. Recordando. Autorretrato en el
fondo de las ruinas, 1936-37.
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