(1936).
Aquel hombre no tuvo nunca historia,
Pero tenía Historia como todos
Los hombres. Cierta crisis… Le apenaba
Recordar. Una vez habló, sereno.
Evoco mi prisión, no “mis prisiones”.
Fue muy breve mi paso por la cárcel.
Cárcel en horas de mortal peligro.
Nos rodeaban sólo fratricidas.
“¿Hoy la suerte común será mi suerte:
Que sin forma de ley se me fusile
En nombre del Eterno, aquí tan bélico,
De sus milicias y de sus devotos?”
Confiar en mi estrella fue mi ayuda.
-¿No en Dios?- Andaba con los asesinos.
Según los asesinos y sus cómplices.
Jorge Guillén. Homenaje,
1967.
Imagen: El clero y la guerra civil española.
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