Aún no sabemos por qué está el vino agrio.
Y por qué, después de tantas cosechas y vendimias,
el vino sigue agrio…
-Y ese mozo, ése,
el que está junto al místico, con gesto suicida,
ése que se levanta ahora de la mesa, con la copa en la
mano,
buscando la salida…
¿es el comensal ineducado
o el personaje que tiene mucha prisa?
Aún no es hora, muchacho, aún no es hora,
le dice el Anfitrión (Anfitrión con mayúscula), aún no ha
terminado la comida…
Espérate a los postres y a los brindis…
no tengas prisa.
Y el que se va responde:
-yo tengo sed, no prisa…
Y este vino no es bueno,
ni el vino ni la cuba ni la viña.
(Y estrellando la copa contra el suelo
y blasfemando… sale de estampida.)
León Felipe. El
ciervo, 1954. En Poesías completas.
Visor, 2010.
Imagen: Nikolái Yaroshenko. El estudiante, 1881.
Todo un canto a la lucidez y a la disidencia.
ResponderEliminarY sigue siendo muy actual. La pena es que no haya más mozas y mozos como este del banquete.
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