A veces uno piensa,
y se debate
entre el amor al látigo y el precio
en crudo del pesebre
y el desprecio sangrante
de sí mismo, del yugo y del estigma.
A veces uno piensa,
y se percata
de la carrera atroz trampa adelante,
de la voraz subasta
con muerto en las vitrinas,
del púrpura antifaz de la impostura.
A veces uno piensa,
y se deshace
la carne del temor con su harapienta
mortaja de silencio,
la ceniza sin fe,
el templo de la muerte y sus
cimientos.
Conrado Santamaría. De vivos es nuestro juego.
Ruleta Rusa Ediciones, 2015.
Imagen: Pieter Brueghel. Dos monos, 1562.
"...la carne del temor con su harapienta
ResponderEliminarmortaja de silencio..."
No conocía a Conrado Santamaría, ni a muchos de los autores y escritos que aquí publicas y, al menos a mí, me descubres. Gracias.
Salud
Hola, Loam. A Conrado Santamaría creo que sí lo conoces, al menos un poquillo, pues llevo charlando contigo un buen tiempo, muy provechoso, por cierto. Salud
Eliminar