sábado, 5 de septiembre de 2015

Cierta gente



Cierta gente huyendo de otra gente.

En cierto país bajo el sol

y bajo ciertas nubes.


Dejando atrás sus todos respectivos,

campos sembrados, ciertas gallinas, perros,

espejos en los que ahora sólo el fuego se contempla.


Llevan a la espalda hatillos y cántaros

día tras día más pesados, cuanto más vacíos.


El agotamiento de alguien tiene lugar en silencio,

el arrancamiento a alguien de su pan en el tumulto

y el acunamiento del niño muerto de alguien.


Ante ellos un incesante “por aquí no”,

no es ése el puente que necesitan

sobre un río extrañamente rosado.

Alrededor unos disparos, a veces más cerca, a veces más lejos,

en lo alto un avión que parece dar vueltas.


Vendría bien alguna invisibilidad,

alguna oscura pedregosidad,

y aún mejor un no-haber-sido

por un tiempo breve o incluso largo.


Algo todavía ocurrirá, pero dónde y qué.

Alguien saldrá a su encuentro, pero cuándo, quién,

desempeñando qué papel y con qué intenciones.

Si tiene elección

quizás no quiera ser un enemigo

y los deje con cierta vida por delante.


Wislawa Szymborska. Nuevos poemas. En El gran número. Fin y principio y otros poemas. Traducción de David Carrión Sánchez. Hiperión, 1997.

Imagen: Getty. Refugiados entre Grecia y Macedonia, 2015.

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