domingo, 13 de septiembre de 2015

#Resistenciaminera



Todo era sombrío,

la resignación estaba

al alcance de la mano

y las rodillas,

a cada instante,

eran convocadas

por la tierra.


Después de todo,

muy pocos se molestaron

en enseñarnos lo contrario.


Nos decían sí o no

y obedecíamos

obviando el derecho

a ser escuchados.


El botín estaba repartido,

las cartas –marcadas– boca arriba

y su indiferencia

clavada en nuestras espaldas

porque ya no quedan

más mejillas que poner.


Hasta que en las calles

con vuestros focos

iluminasteis el camino

y nos enseñasteis

a desterrar la derrota,

también

-y en mayor medida-

a ser dignos

de mirarnos

a la cara.


Abel Aparicio. En Palabras de barricada. Una recopilación de anarcoversos. Coord. Fernando Barbero Carrasco. Queimada Ediciones, 2015.

1 comentario:

  1. Cuando la poesía se niega a permanecer tumbada en el papel y confinada en la tinta.

    ResponderEliminar