El aire estaba lleno de silencio.
La luz sobre las tejas: la sombra entre los árboles de la
plaza.
Cada noche, un día más, una cucharada menos.
Cada día, otro; el mismo en pesadilla: eso pareció
España.
Silencio en los caminos, silencio en los tapiados
cementerios;
silencio ante la mesa vacía. Todo calla.
El tirano de piernas cortas, en silencio,
piensa: el silencio es sepulcral: ¡mando en España!
Y silencioso en el terror, pareció muerto
en vida el hombre. Millones de fantasmas
cada día se erguían, iban, regresaban al sueño,
en la noche con cruces de una terrible y fantasmal
España.
Pero ha llegado el tiempo, la hora, el instante mismo,
cuando la muerte pareció más cierta y la intemperie fue
más dura,
de decir: NO. ¡Desperta, ferro! ¡Cataluña!
Decimos NO contra la muerte porque queremos vivir
y aún vivimos.
Decimos NO contra el tirano, porque necesitamos que se
hunda.
Decimos NO con ira. Y con sed de justicia lo decimos.
Y de eco en eco hasta otros mares y países, de camino, en
camino.
Pueblo adelante, un NO de hierro, un todos a una
ha resonado. Lo hemos visto crecer: hemos visto
cómo la indignación de España toda vibraba con la voz de
Cataluña.
Y hemos sentido sobre todo, en el clamor de la protesta,
tu voz, clase ascendente, proletario que llegas, puro y
duro.
Todos han reclamado, pero tú eres
quién, donde “Cataluña”, o “España” pone: el Mundo.
Todos han dicho NO a la muerte, pero tú dices SÍ a la
vida.
Todos huyen del hambre, de la ruina, del terror más
oscuro.
Pero tú proletario, no huyes: edificas,
y alzas con mano firme la esperanza del Mundo.
Trabajador, obrero, camarada: oye
esta voz, que es la tuya, llamándote al combate y al
triunfo.
Una clase que se alza. ¡Salud! ¡Todos a una!
Tu libertad es la del hombre. Tu futuro es el Mundo.
[Marzo de
1951 (protesta y
huelga
general en Barcelona)]
Eugenio de Nora. No
he de callar. En Sustancia de la
tierra. Antología poética. Diario de León, 2007.
Imagen: Huelga de tranvías. Barcelona, 1951.
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