1.
Manifiesta
que en la actualidad carece de toda clase de bienes.
2.
Deja
su esqueleto a su pariente y amigo el Doctor en Medicina y Cirugía don
Celestino Párraga y Acuña, como Decano de la Facultad, para que lo utilice al
servicio de la misma, quedando igualmente autorizado para enviar el cadáver a
la clase de anatomía.
(Del segundo testamento de Fermín Salvochea.
Cádiz, 7 de agosto
de 1906)
No te bastaron esas palabras
que toman el tamaño del aire
para nombrar el azul de la libertad,
ni te bastó la vida para recorrerlas,
como quien camina por un mapamundi
que a cada paso se rehace,
porque, aún antes de morir, levantaste tu muerte,
la dispusiste para el abrazo y
la vestiste con aquellas mismas palabras
del tamaño del aire;
después, pusiste a tu muerte cara al viento,
le afirmaste los pies sobre el océano,
la echaste a andar.
Salvador Compán Vázquez. En 65 Salvocheas. Quorum, 2011.
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