Callar es más prudente,
más seguro, más cómodo, más práctico,
callar es más astuto,
más rentable,
más útil,
callar no da problemas,
callar evita líos,
callar trae más cuenta,
callar impide que se cuelen moscas
en la boca, callar propio es de sabios,
se está muy bien
callado.
Porque el que calla
otorga
licencia, impunidad,
perdón, facilidades
y patente de corso,
y por la boca muere el pez y siempre
se ha de sentir lo que se dice y nunca
decir lo que se siente
si se quiere triunfar
en sociedad
y recibir migajas
del gran pastel
del mundo.
Jesús Munárriz. Corazón
independiente. Hiperión, 1998.
Imagen: Cartel soviético
Ya desde pequeños se nos aleccionó a guardar temeroso silencio... ante el Señor. Estuviera éste en los altares de la Iglesia, en los patios del cuartel o en las salas de la audiencia: callar ante la autoridad de quienes, careciendo de verdad y de palabra prohíben la manifestación de ambas. O hablar, forzados y torturados, cuando el Señor así lo exige, que para eso se instauraron confesonarios y comisarias.
ResponderEliminar"Me queda la palabra", dijo el poeta. ¡No era poco!
Salud
Y muchas veces lo que hablamos lo hablamos con las palabras que nos han inoculado desde el poder, palabras peores que el propio silencio impuesto, porque traicionan ese algo de verdad que llevamos dentro. A desaprender, a desaprender. Salud
ResponderEliminarCuán cierto, compañero. ¡Tantas inútiles capas de barniz sobre la noble madera!...
EliminarSalud!