Soy viejo
viejo como vuestra esperanza
me da risa.
Yo estuve con un sable (pero
añorando las
ametralladoras)
entre los Voluntarios de
Fernando VII
bastó un poco de alcohol –¿fue
en 1814?– y maté con un palo
a un muchacho en la
Universidad.
Yo fusilé a un tal Farabundo
Martí a un tal Gerardo Barrios
–hace sólo unos días–
y aplaudí a Cuaumichín
cuando ordenó la tortura de
Fidelina Raymundo.
Yo iba a escribir el himno
de la Guardia Cívica
fue cuando lo de Francisco
Morazán el líder comunista
pero había bastante que
matar.
Y sigo joven
duro de soportar cuando
golpeo.
Sangre de vuestra sangre es
mi antigüedad y mi memoria.
Yo soy de allá vosotros
yo qué culpa.
Roque Dalton. Taberna y otros lugares, 1969. En Antología. Visor, 2000.
Imagen: Henri
Cartier-Bresson. Yankee Stadium, Nueva York, 1946.
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