sábado, 4 de noviembre de 2017

LO IMPORTANTE ES LA DEMOCRACIA



Cuando el señor McAllen firmó el cheque

dijo: Amigos esto es para empezar; luego

tendrán el resto no lo duden.


Entonces todo parecía ir bien

y la cerveza y el tabaco

daban ánimo a todos. En los bancos

de los paseos en Long Beach

las viejas zorras estaban muy lindas

con sus shorts bajo el sol.

Manuel Santín y su cuñado Enrique

tomaron ese día el avión

y por la noche ya en la isla hicieron

los primeros preparativos.


De dos en dos fueron llegando

los demás: Gaspar Díaz

Tito Pellón el Comodoro Silva

Santiago y Pedro Mut Rafael Salcedo.

Sólo quedaron en Long Beach

don José Antero y el Coronel.


Varias semanas se pasaron

en encontrar la gente; era difícil

la gestión; mucho riesgo.

Y esos jodidos negros no querían

ganarse doce dólares diarios

comida aparte sí señor

y aún gracias si después no se corrían

con el cuento a la policía.


Los del antiguo ejército tampoco

se mostraban muy animosos;

pero al fin y con gran fatiga

se reunieron tres mil hombres.


No era mucho para empezar

aunque la cosa pudo ir peor

si se piensa que aquellos días

tenía el régimen las masas

a su lado la demagogia

ya se sabe y los campesinos

iban armados hasta los dientes

y decían la tierra es nuestra

y otras mierdas por el estilo.


Finalmente llegaron las armas

a través de la Legación: cien metralletas

dos mil fusiles automáticos

bombas de mano y munición

para más de un regimiento.


Lo principal era escoger

el día; es decir saber

el momento más oportuno

y dar el golpe. Por la radio

Rafael Salcedo estaba en contacto

con los otros de allá de Florida

y también con Santo Domingo.


Esos momentos de tensa espera

de adiestramientos y de consigna

iban forjando el duro ánimo

de aquellos hombres abnegados

hombres libres sin otro ideal

que devolver a la isla el orden

restablecer las jerarquías

los monopolios las creencias

y esto tan sólo ¡es formidable!

por unos cuantos miles de dólares.


Todo estaba bien preparado

se eligió el día y el lugar

se avisó a la prensa libre

en fin se tomaron todas

las habituales precauciones

y si falló el destino sabe

por qué tuvo que suceder

que el Comodoro bebiese tanto.


Ya días antes le dijeron

que moderase su ardor patrio

sus ansias –yes– pero el imbécil

armó jaleo en un prostíbulo

gritó corrió a la gente a tiros

y lo peor fue que después

lo explicó todo al comisario

convencido de que sabía

la actuación de los conjurados.


Así fue cómo el noble intento

terminó  de aquella manera:

dineros y armas; hombres; todo

se perdió ¡tan bien preparado!

Pero el honor permanece intacto

Y como dicen muy bellamente

Mr. McAllen y Mr. Wood

la Patria al fin resurgirá

el dinero a invertir es lo de menos

lo esencial es que vuelva el orden

los monopolios las creencias

lo importante es la democracia

y sepan ustedes caballeros

que acabaremos imponiéndola.





José Agustín Goytisolo. Bajo tolerancia, 1973-1996. En Poesía completa. Lumen, 2009.

Imagen: Mijaíl Kalatozov. Soy Cuba, 1964.

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