viernes, 10 de noviembre de 2017

HAY OVEJAS Y OVEJAS



Las que comen de cualquier pastizal

y duermen con una sonrisa de satisfacción

en los potreros.

Las que caminan ciegamente

por los caminos acostumbrados.

Las que beben despreocupadas

en los arroyos.

Las que no trepan por pendientes peligrosas.

Esas van a dar lana abundante

en las esquilas

y serán sabrosas invitadas

en las fiestas de fin de año.

Hay también

las que tuercen las patas

buscando campos de margaritas

y se quedan horas y horas

contemplando los barrancos.

Esas balan toda la gran noche de su vida

encogidas de miedo.

Y hay, por fin,

las malas ovejas descarriadas.

Para ellas y por ellas

son las escondidas raíces

y los mejores y más deliciosos pastos.





Rosabetty Muñoz. Canto de una oveja del rebaño, Ediciones Ariel, 1981.

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