martes, 9 de enero de 2018

NOSTALGIA DE CANTARES



Es cierto, la nostalgia.

La nostalgia

que brinca con la gracia

de sus cortas patitas

de gorrión entre las hojas sin pulso

y con polvo en los parques

de septiembres sellados, la atusada

nostalgia caediza,

que hace su nido en gris, sobre los versos

que un día verdecieron tras las tapias

bien altas de una infancia

sin brecha ya ni ortigas,

la nostalgia mullida

de plumón y verbena siempre ciega,

en su jaula dorada,

al dolor que no sea

riguroso pasado.

¿Y el presente?

El presente que nos toca de cerca,

en carne viva,

el presente, no menos inclemente, no menos

descifrable,

y siempre más abierto y más vidrioso

con sus hierros y miedos,

con sus crepitaciones.

Este presente en cueros,

¿qué se hizo?

¿Dónde está su nostalgia de cantares?






Conrado Santamaría. La noche ardida. Ruleta Rusa Ediciones, 2017.

Imagen: Gottfried Helnwein

No hay comentarios:

Publicar un comentario