Al principio fuimos animales salvajes
y nos desplazamos con las estaciones.
Luego la semilla floreció en fruto
y echamos raíces.
Domesticamos a los otros animales,
labramos los campos
y degustamos en la boca el dulce sabor
de la propiedad privada.
Entonces dibujamos una bandera
para diferenciarnos
y levantamos muros para protegernos
de los animales salvajes.
Antoine Lamarck. En Voces
del Extremo. Poesía y raíces. Amargord, 2016.
No hay comentarios:
Publicar un comentario