No seré una víctima del ego.
No me elevaré sobre ninguna medalla.
No voy a declarar la guerra desde el anonimato,
ni dispararé mis armas si no estoy desnuda y hambrienta.
Seré la fiera aturdida que cae en su propia trampa,
sin trofeo de piedra en una cueva inhabitada.
Ésta
soy yo.
Ésta
es mi bandera.
No seré ejemplo de tiranías ni exterminios.
No seré el títere de ninguna mayúscula escudada en tu
ficción.
No quedaré disminuida a un papel en el que brilla
el garabato al que llamas mi firma.
Ningún verdugo es mi peón.
Tampoco soy la poderosa reina del tablero.
No seré el capitán de tu ejército.
Ésta
soy yo.
Ésta
es mi bandera.
Soy tan inmensa como los átomos y las moléculas,
tan breve como los cómplices de tu invasión.
Soy prescindible, igual que los decimales de tus reportes
internacionales,
tan incalculable como la fórmula algebraica de la
felicidad.
Soy única e invisible entre todos mis yo,
perdida entre tantos nosotros.
Ésta
soy yo.
Ésta
es mi bandera.
Ale Oseguera. En La
musa suicida. Belén Berlín, Ale Oseguera, Mad Pirvan y Laura Tomás. El
petit editor, 2019.
Imagen: Ana Mendieta. De la serie El árbol de la vida, 1976.
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