El ojo inmóvil,
pez de tierra firme,
encendido de noche en su fijeza.
Las garras que se adentran en la carne,
el pico curvo para el desgarramiento…
¿De cuál sabiduría puede ser símbolo
sino de la rapiña, el crimen, el desprecio:
todo lo que ha hecho tu venerada gloria,
Occidente?
José Emilio Pacheco. Irás
y no volverás, 1973. En No me
preguntes cómo pasa el tiempo. Poesía II (1964 – 1972). Visor, 2010.
Imagen: Tetradracma griega.
No hay comentarios:
Publicar un comentario