Mártires que en Chicago sucumbisteis
víctimas de la infame burguesía
y con grande valor la vida disteis
por propagar tan solo la anarquía.
Aquellos que al patíbulo os llevaron
a impulso del oprobio y la vileza;
los que hasta la justicia atropellaron,
movidos por su amor a la riqueza
hoy tiemblan, ante el pueblo soberano
que en todas partes ruge prepotente,
quitándoles el sueño a los tiranos
y alzando altivo la indomable frente.
Los abrojos que cubren el sendero
no arredran al valiente caminante,
quien, con ánimo firme, audaz y entero,
no interrumpe su marcha hacia adelante.
Vosotros, sumergidos en la nada,
la lucha no podéis seguir atentos;
pero rápida avanza la jornada
que la furia desata de los vientos.
Del cadalso a la mágica tribuna
anunció de la luz la bienvenida,
y de nosotros es, sin duda alguna,
el éxito final de la partida.
Fermín Salvochea. Suplemento a La Revista Blanca , 17.11.1900
65 Salvocheas. Quorum Editores, Cádiz, 2011
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