1
Que
no tengas miedo,
aunque
en la otra celda
ladren
ya los perros.
Cerrada
la noche,
abierto
tu sueño,
la
mañana fría,
caliente
tu pecho.
Que
no tengas miedo,
aunque
en la otra celda
reine
ya el silencio.
2
No
me dejas, carcelero,
que
me asome a la ventana.
¡De
noche suspira el viento!
El
fulgor de la mañana
ya
no tiene prisionero.
3
Palmera,
juegan tus palmas
al corro con las estrellas
como juegan con la luna
las palmeras de mi tierra.
Y sé que no puede ser.
Desde ahí arriba, palmera,
más alta que la alambrada,
dime, ¡ay!, si ves La
Meca.
Y sé que no puede ser.
Habla bajito, palmera,
si despiertas a los guardias,
te pondrán mono naranja
y una bolsa en la cabeza.
Si he muerto o estoy soñando,
palmera, ya no lo sé.
¿Sabes, palmera, por qué?
Conrado Santamaría. Cancionero de escombros con hoguera. Ediciones Trabuco, 2014.
Imagen: Fernando Botero. Abu Ghraib
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