Y vendrán los días
floridos,
y no podré pasear
contigo.
Y vendrán los días de sol,
y estaré preso en mi
corazón.
Y los días de amor
vendrán,
y sola con mi fantasma
por esos campos
pasearás.
Amor, guárdame fe.
En una tarde de
primavera
de mi tumba
resucitaré,
en una tarde cuando
los hombres
sepan quererse bien,
y por esa carretera cuando
más sola
tú sola te pasees,
a tu costado de
repente
andando iré.
Agustín García Calvo.
Canciones y soliloquios. Lucina, 1982
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