miércoles, 29 de enero de 2014

Furias en Gamonal



La furia, que no anda sola,

tiene por caminos todas las calles del mundo.

La furia está en combustión

como el oxígeno que arde los pulmones.

Y tal que fuego,

tiene ante las barreras

el reto de rebasarlas.


La furia, que no camina sola,

que no es grito de individuo

o locura de paisano,

que está atizada de sufrimientos,

no guarda nudos en las manos

ni tiemblos en las entrañas.


Si no anda sola la furia, 

aviso, 

si son tantas furias como injurias,

como repetidas las injusticias

que nos dan por costumbre,

tantos los abusos,

los insultos que por imbéciles

mansos o parias

creen que se nos evaporan

sin dejar huella,

tiene un desatar de esperanza.


De hacer huir canallas y lacayos,

de temblar cimientos,

de convertir el grito en consigna

con magnética capacidad de reclamo,

de sacarnos del pozo,

de devolvernos dignidad y cordura,

de desenmascarar,

de resucitar, 

de unir

y de lucha.


Millares de furias juntas...,

por millones las furias.


Burgos guardaba un secreto de furias

que era Gamonal.

Hela aquí

tal cual.



Rubén de la Peña

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