sábado, 15 de octubre de 2016

BIBLIA PAUPERUM



Grandes mareas de rencor

Recorren las calles.

Arquitectos y urbanistas levantan empalizadas

Para detener las grandes olas

Que latigan las noches.

He aquí al muchacho que no despega sus ojos

Del Ángelus de Millet

Para no sentir los pasos del rencor.

El que hizo diana en las calles de Roma

Y esfumó los dioses de Rapanui,

El rencor que arrastró legiones de sombras a la hoguera.

Viene rompiendo esclusas,

Un pasado de virreyes de harina

Y sacerdotes que venden llagas, puerta a puerta.


Es como un gran viento,

Como los potros de las olas

Que asaltan las casas

Y las arrastran al olvido.

Tras los tenderetes y el palio de harapos,

Duerme su siesta el rencor. Tras las jaulas

Del presidio, arrulladas por la fatalidad

Y el sopor de la miseria,

Se fraguan oleadas de rencor

Como esas grandes masas de agua

Que surcan los mares del Sur,

Java y Martinica y otras playas de menta.

Junto a las alfombras

Donde las mucamas esconden el polvo

La ola del rencor se finge

Un perro humillado y obediente,

Pero hay que temer a la jauría dormida y su pífano inaudible.

En la iglesia se arrodilla el rencor.

En los bancos y en la bolsa de valores se hace sedodo,

Mientras bajan las diosas

Por rampas de mármol. Así,

Veo en la mirada del indio

El tatuaje del recelo, y lo hago mío.

O viene a mi boca el latigazo del insulto

Dictado por la más atávica miseria.

Crecen como flores venenosas las esquirlas

Del rencor en un país de lunas erizadas

Y soles que entibian los huesos de los muertos.


En ciudades asediadas por sí mismas

Entro a la estación de los amigos,

A la música y al coro, al mismo tiempo.

Los amigos, una cuota de cielo,

Flores que no son de temporada.

En la patria del rencor

Es como tener el oro del silencio.




Juan Manuel Roca. Biblia de pobres. Visor, 2009.

Imagen: Odd Nerdrum. Male Twins, 1992.

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