El hecho es que –digamos
lo que digamos- no
nos sentimos europeos. Nos
sentimos “fuera”. Y
peor es lo mal que nos
sienta cuando nos lo dicen…
Lleva a Grecia en tu
corazón, y sufrirás un infarto.
Nikos Dimou. La
desgracia de ser griego
Yo soy de los que cuando llegan
a la capital de un país
al borde del “crack” financiero,
se dejan racanear euros
en un taxi, entre otros sablazos.
¿No va en el “debe” del expolio?
El hombre nace, luego muere,
pero el derrumbe permanece.
También para esto hay que temer
con auténtica valentía.
En los WC de Europa perecen
generaciones al completo.
Por las noches, algunas bailan.
David Benedicte. Anogrexia.
Baile del Sol, 2015.
Imagen: Nikos Economopoulos
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