Es inútil esperar,
las
cosas están ahí,
nacidas o muertas al nacer; están ahí,
superadas.
Es desesperante, pero, ¿qué se le va a hacer?
No futurice.
Y al mismo tiempo, que no cunda el pánico.
Todo está ya nuclearizado,
enucleado, volatilizado.
La explosión ya se ha producido,
la bomba no es más que una metáfora.
¿Qué más quiere usted?
Todo se ha borrado ya del mapa.
Sus sueños. La Comuna libre.
Es inútil soñar.
La
bomba,
la última bomba, de la que nadie habla,
es la que, no conforme con dispersar
las cosas en el espacio, las disipa en el tiempo.
Mire a su alrededor:
la explosión ya se ha producido.
En un mundo sin memoria
como el nuestro
todo es triturado vivo,
precipitado
en una dimensión desconocida.
Petrificados por una revolución definitiva del tiempo.
Esta es la bomba:
la que inmoviliza
en una estrategia de nadie.
Miguel López Crespi. El
seco pulso del tambor. Provincia, 1984.
Y al descorrer las coloridas cortinas de la publicidad
ResponderEliminarsólo vi una espesa lluvia de cenizas
cayendo desde la altura plomiza
de un cielo ya inexistente.
Me quito el cráneo, Loam. Salud
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