lunes, 18 de febrero de 2019

Utopía


Todo fue planeado de antemano

en esta utopía al revés

que no permite cambios.


Las calles y veredas

se reemplazaron por calles

y veredas internas;

corredores interminables,

idénticos, y callejones

verticales por donde van

y vienen los ascensores

sin llegar jamás al último

piso o la planta baja.


Afuera, parques desiertos

donde merodean sueltos

perros policiales en la noche,

tras rejas a prueba de ciclones

coronadas con alambre de púas

y carteles que advierten:

Keep Out! No trespassing!





Gonzalo Millán. Vida. Ediciones Cordillera. Ottawa, 1984.

Imagen: Military Sign, Morridge, 1987.

2 comentarios:

  1. No hay gorriones.
    La gente ya no silba.
    La gente ya no se detiene a no ser que sea detenida.

    Cuando la poesía desaparece de nuestras vidas
    solo queda una existencia amurallada
    un recinto de espejismos sin salida. Sin silbos y sin gorriones.

    fiu, fiu, fiu... Salud!

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  2. Pero yo he visto un gorrión esta mañana volando por encima de las alambradas y silbando alegre una vieja y nueva canción de rebeldía. Y no era un espejismo, no, por cierto. Salud!

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