jueves, 28 de febrero de 2019

En este poema


Otros envidian a los héroes

yo respeto mucho a los locos

Otros remedan a sus líderes

yo medito en los fracasados

Otros adoran el porvenir

yo sufro estadísticas sobre la Bomba

Otros se entregan de bruces a un dios

yo aprieto los dientes y paso como puedo

Otros aparentan o tienen fortaleza

yo soy mi horror y mi disipación

Otros se llenan el pecho de himnos

casi hasta reventar de victorias

yo ausculto la guerra y veo

barro fémures violaciones

Otros creen que el hombre es hermoso y delinque

yo creo que es inocente y sórdido

Otros creen que la cobardía y el coraje

están separados por una frontera

yo creo que el miedo y la agresión

tienen una frontera que a menudo los une

Otros envejecen entusiasmados

yo escucho la carcoma en mi juventud

Otros se hacen esclavos de su conducta

yo la busco sin fin entre mi terremoto

Otros llevan flores a sus antepasados

yo floto en el reloj con una cana negra

Ellos tienen razón   yo estorbo

Yo no deseo destruir          ellos están dispuestos

Mutuamente nos estorbamos

Ellos van a morir     yo también


En este poema hay carroña y angustia





Félix Grande. Las rubáiyátas de Horacio Martín. Lumen, 1978.

Imagen: Michael Ackerman. Polonia, 2003.

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