Ando errabundo las calles regladas,
junto a la orilla reglada del Támesis,
y noto en los rostros que al paso me salen
notas de ruina, notas de aflicción.
En todos los gritos de todos los Hombres,
en todos los gritos de miedo Infantil,
en todas las voces, en todos los vetos,
grilletes mentales yo escucho,
cómo los gritos de los Limpiahollines
causan horror a las negras iglesias,
y los suspiros del triste soldado
riegan de sangre el Palacio y sus muros.
Mas lo que más en las calles nocturnas yo escucho
es cómo la joven Ramera maldice
tronando los llantos de recién Nacidos,
sembrando de plagas la fúnebre Boda.
LONDON
I wander thro’ each charter’d street,
Near where the charter’d Thames does flow,
And mark in every face I meet
Marks of weakness, marks of woe.
In every cry of every Man,
In every Infant’s cry of fear,
In every voice, in every ban,
The mind-forg’d manacles I hear,
How the Chimney-sweeper’s cry
Every black’ning church appalls,
And the hapless soldier’s sigh
Runs in blood down Palace walls.
But most thro’ midnight streets I hear
How the youthful Harlot’s curse
Blasts the new-born Infant’s tear,
And blights with plagues the Marriage hearse.
William Blake. Cantos de experiencia, 1794. Traducción: Conrado Santamaría.
Imagen: William Blake. Songs of Innocence and of Experience, 1794.

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