Escribo en las paredes
coplas que nadie lee.
¿Mi carcelero no quedará muerto
de verme sólo el ademán del brazo?
Me nombro en las paredes
con cenizas eternas. De política
nada. Ya será suficiente si me salvo
gimiendo, extraño y mísero cobarde.
Contra los odios, contra los errores,
escribo por la noche;
borro de día.
Esto será un canto perdido.
La bandera que no llevará un pueblo.
Escribo con las uñas
gastadas hasta el codo.
Cuando me traigan la comida, acaso
pueda tan sólo masticar mi honor.
Gaspar Moisés Gómez. Con
ira y con amor. Álamo, 1968.
Imagen: Lorenzo Viani. El loco, 1907.
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