martes, 18 de marzo de 2014

Retornos



Al acabar el cuento, cerró el libro y cada cual regresó a su rutina. La niña se quitó la caperuza roja que tanto odiaba, la abuela llamó al ambulatorio para hacerse un contraanálisis de orina y el lobo olfateó en la tarde su querencia de loba y aulló. Sólo el viento, al pasar entre los árboles del bosque, pautaba el ritmo de la espera abarquillando con su fragancia de espliego la cortina del dormitorio.

Conrado Santamaría
Imagen: John Tenniel. Alicia y la oveja tejedora, 1871.

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