martes, 11 de marzo de 2014

Malos recuerdos



La vergüenza es un sentimiento

revolucionario
KARL MARX


Llevo colgados de mi corazón

los ojos de una perra y, más abajo,

una carta de madre campesina.


Cuando yo tenía doce años,

algunos días, al anochecer,

llevábamos al sótano a una perra

sucia y pequeña.


Con un cable le dábamos y luego

con las astillas y los hierros. (Era

así. Era así.

Ella gemía,

se arrastraba pidiendo, se orinaba,

y nosotros la colgábamos para pegar mejor.)


Aquella perra iba con nosotros

a las praderas y los cuestos. Era

veloz y nos amaba.




Cuando yo tenía quince años,

un día, no sé cómo, llegó a mí

un sobre con la carta del soldado.


Le escribía su madre. No recuerdo:

«¿Cuándo vienes? Tu hermana no me habla.

No te puedo mandar ningún dinero...».


Y, en el sobre, doblados, cinco sellos

y papel de fumar para su hijo.

«Tu madre que te quiere.»

No recuerdo

el nombre de la madre del soldado.


Aquella carta no llegó a su destino:

yo robé al soldado el papel de fumar

y rompí las palabras que decían

el nombre de su madre.




Mi vergüenza es tan grande como mi cuerpo,

pero aunque tuviese el tamaño de la tierra

no podría volver y despegar

el cable de aquel vientre ni enviar

la carta del soldado.



Antonio Gamoneda. Blues castellano, 1961 – 1966 y 2004. En Esta luz. Galaxia Gutenberg, 2004.

Imagen: Josef Koudelka. Irlanda, 1978

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