1
El
ser humano
es falible, me
confió el verdugo contristado.
Había necesitado trece hachazos
para decapitarme
2
Hacer
política consiste
entre
elegir entre lo malo y lo peor,
me ilustra mi verdugo. Luego me da tormento
hasta hacerme escupir la última gota
de pesimismo histórico.
3
Modernizarse
implica
traicionar
nuestra entera identidad
y nadie
puede ahorrarse las manos sucias,
susurra mefistofélicamente mi verdugo.
Para bordar la faena añade a la traición
el entusiasmo por la traición
y se regodea chupándose las manos sucias.
Como gozan los niños hurgando en cieno.
4
La política
es siempre un negocio sucio
masculla mi verdugo.
Los negocios sucios nunca dejan de ser política
replicaría yo si no me custodiase
esta ambigua mordaza.
5
Entre
la realpolitik y el kindergarten no media
ni un cabello, me instruye con camaradería mi verdugo.
Para eso es catedrático de Utopismo Científico
con publicaciones en las revistas más importantes del
ramo
y muchos congresos mundiales sobre sus anchas espaldas.
6
En
ocasiones, para poder trabajar
y más
si se trata de la gran empresa
tenemos
que tragarnos los principios, remacha mi verdugo
sinceramente cariacontecido y sumergiéndome
la cabeza otra vez
en la bañera llena de excrementos.
7
Los puntos
sobre las íes, afirma mi verdugo.
Los signos de interrogación, replico a duras penas
y me enjugo la sangre y el sudor y la mierda.
8
Todas las fuerzas productivas
son también fuerzas destructivas
indisociablemente. ¿Son
también todas las fuerzas destructivas
fuerzas
productivas indisociablemente?
9
La productividad
del sadismo:
no sé si son sus palabras
o las mías. Pero hay
que cortar por lo sano lo murmura
él inequívocamente.
10
El abofeteador aconseja:
Trabaja
sobre tu ego
Si aprehendes
a fondo
que el
yo es una ilusión
el
deseo se aplaca y el sufrimiento cesa.
Arrecian pullas y golpes.
11
Sólo
un dios puede salvarnos todavía, retumba
desde los bosques la piedad de mi verdugo. Claro que su
concepto
de salvación incluye cambiar de automóvil
por lo menos una vez cada dos años.
12
Pero
cómo has podido pensar
que podrías
morir
que
te dejaría morir
Todo torturado es inmortal
y su verdugo sabe que lo sabe
y ambos saben que sobre ese principio último
reposa su vinculación indisoluble.
13
La sangre es muda, por eso
desborda el silencio y rompe los oídos.
Lo peor no son las circunstancias sino
acostumbrarse a ellas.
Jorge Riechmann. El
corte bajo la piel, 1994. En Contra.
Poesía ante la represión. Coordinadora Anti Represión Región de Murcia,
2016.
Imagen: Goya. Desastres
de la guerra, 81, Fiero monstruo,
1810-1815.